¿Qué estamos pensando las mujeres?

por | Sep 6, 2022 | Reflexión | 0 Comentarios

Hace unos meses, Andrés y yo, nos preguntamos ¿qué escenas tendrían los sueños de la gente, en esta época caracterizada por la incertidumbre? Con el objetivo de responder esta pregunta, diseñamos un dispositivo grupal que tomó forma en el Taller online los sueños de cerca. Una mirada desde el psicodrama y los procesos grupales[1]. Este texto es una narración de lo que encontramos en este espacio.

Las participantes del taller arriba mencionado, encontramos algunas respuestas a la mítica pregunta ¿Qué quieren las mujeres?[2]

 Una vez dadas las instrucciones de cómo funciona una sesión de Social Dreaming[3], el grupose cobijó en una pausa de silencio que fue interrumpida por un sueño paradójico que solo mostraba su lado divertido. Fue el primer movimiento para dejarse llevar por la fuerza creativa que emergía del co-inconsciente grupal[4] de las participantes.

La matriz de sueños[5] se cristalizó, espontáneamente, en la relación madre-hija. Sueño a sueño compartido, el grupo tejió la ambivalencia de la relación madre-hija como espejos de un caleidoscopio. De cada imagen evocada, emergieron escenas de otros sueños, o de una película o una escena personal. La atmósfera grupal durante la matriz era onírica, casi silenciosa, llena de símbolos y escenas cargadas de significado. Cada contenido que se compartía reforzaba la unión íntima y dinámica del grupo.

A continuación, describo los temas identificados en los patrones de asociaciones:

  1. La decepción de encontrarse con la madre frustrante que deja a la hija sumida en la confusión y la ausencia: “Buscaba no sé qué, muy confundida corría entre pasillos que no me llevaban a ningún lado”; “Gritaba y nadie respondía pensaba que moría, que ella me dejaría morir”.
  • La añoranza de la madre nutritiva, que a veces se encuentra en la propia madre y otras muchas, en una mujer maternal que da a la hija lo que no pudo dar la propia madre, y de quien sí se puede recibir: “No quería nada de mi madre, pero la necesitaba; por suerte, una vecina que apenas conocía me enseñó lo que tenía que hacer con mi bebé… visto desde ahora pienso que ahí empecé a reconciliarme con mi madre”.
  • La difícil tarea de separarse de la imagen especular de la madre dentro del yo: “Me da espanto parecerme a ella, no quería reproducirla en el trato con mi hija”; “De joven decía, no quiero ser como mi mamá, lo tenía claro; ahora, a veces me miro, miro lo que hago y me pregunto ¿soy yo o mi mamá?”.
  • La pérdida y reparación de la madre idealizada: “El viaje ha sido largo para encontrarme en paz con mi madre en la misma habitación, he tenido que aprender a responsabilizarme y no a culparla.”
  • Los conflictos que se reabren cuando llega el momento de ocupar el rol de madre en la relación con una hija, y descubrir que se llega solo a veces, y que la hija pude rechazar lo que ofrece la madre: “Mi hija me lleva a esto: ¿qué me falta para ser buena madre? Yo quiero cuidarla y amarla como necesita, pero ahora ella no quiere recibirme. Esto antes me hacía mucho daño, me ha costado aceptar que no soy la madre perfecta que quería ser, que mi hija me dice no, con rabia”; “No quería ni pensar en tener una hija; temía que no podría quererla”.
  • El confuso papel del padre en esta dinámica entre mujeres; el padre aparece muchas veces ausente, otras, con una presencia hostil, pocas veces disponible. Esta figura es una presencia añorada, una mirada paterna que cuando es amable da a la hija valor, autoafirmación.
  • La experiencia de la reparación de la relación con la madre conecta con una fuente inagotable de creatividad: “Sentirme hija y querida”; “Me sorprendía encontrar lugares nuevos que nunca había visto y que desde siempre habían estado ahí ”; “Las casas viejas de antes, ahora eran casas nuevas, o mi casa pero más bonita, con clores nítidos, más grande”.

Tras un descanso, las participantes, con los contenidos de la matriz de sueños crearon dos sociodramas[6],que tenían la restricción de ser mudos a fin de dar protagonismo a la dimensión corporal del grupo.Cabe señalar que en la serie de sueños podrían encontrarse otras lecturas, pero estas son las que propuso el grupo en el momento del desarrollo del taller.

El primero de ellos fue titulado “Ausencia, en él los personajes exploraban en la búsqueda, el encuentro y el desencuentro del otro, la mirada ausente de la madre que se reclamaba en cada relación con poco éxito, el vacío que duele con el que hay que aprender a vivir para estar en paz.

         El otro sociodrama se centró en la maternidad, fue titulado “Naciendo y renaciendo”. Aquí se jugó con el confuso dinamismo de dar a luz y el primer periodo de la crianza; periodo donde se mezclaron la alegría con el miedo, el cansancio, la insatisfacción, la dificultad y la necesidad de conjugar roles, y de nuevo la alegría, la de reconocer al bebe, y más tarde, la valentía de dejar que la criatura crezca y se aleje.

El grupo finalizó el trabajo experiencial refiriéndose a la angustia de encontrar el vacío y la alegría de encontrar a la madre afectiva que cobija, que da vida; algunas veces es la propia madre, otras veces es una amiga o un grupo: “Un abrazo donde se pueda descansar, soltar, donde se detenga el tiempo, eso da vida”.

         Comenzamos esta exposición planteándonos la pregunta ¿qué escenas tendrían los sueños de la gente, en esta época caracterizada por la incertidumbre? Y nos encontramos con respuestas a la mítica cuestión de ¿Qué quieren las mujeres?

A partir de nuestra exploración, una de las cosas que queremos las mujeres es mejorar la relación con nuestras madres y, por extensión, con nosotras mismas.

Para ir terminando, me queda por contar que terminamos este encuentro online con una buena retroalimentación grupal;las participantes estaban muy contentas por el trabajo realizado, sorprendidas de la profundidad de los temas elaborados, y la vitalidad que se había puesto en movimiento dentro de ellas. Nos despedimos, llenas de asombro y preguntas, con un hasta la próxima.

Los coordinadores del taller estamos muy agradecidos con las participantes; especialmente, con las madrugadoras que se conectaron desde Latinoamérica.

Mª Antonia Vargas Truyol

Psicóloga (Na-883), psicodramatista y grupoanalista.

Docente GoGrupos.


[1] Taller online coordinado por Psi. Mª Antonia Vargas Truyol y Psi. Andrés Osés Vega, docentes de GoGrupos. Escuela de Formación en Psicodrama y Grupoanálisis.

[2] «La gran pregunta sin respuesta a la que yo mismo no he podido contestar a pesar de mis treinta años de estudio del alma femenina, es la siguiente: ¿qué quieren las mujeres?». Pregunta que habría sido formulada por Freud a Marie Bonaparte en sus diálogos epistolarios, citada por Célia Bertin en La femme à Vienne au temps de Freud.

[3] El Social Dreaming es una metodología de trabajo grupal a través de los sueños creada por Lawrence Gordon en 1980.

[4] El co-inconsciente grupal, se refiere a la fuerza que permite que los miembros de un grupo establezcan una red de vínculos inconscientes, que emergen a través de las interacciones verbales y corporales en el aquí y ahora del grupo. Uno de los objetivos del coordinador grupal es explicitar esta dinámica para que el grupo se haga consciente de ella.

[5] La matriz de sueños es el espacio contenedor de los sueños y asociaciones del grupo donde el grupo como protagonista crea.

[6] Sociodrama: Es una técnica psicodramática que posibilita representar roles y conflictos que tienen un significado colectivo para los participantes. El verdadero sujeto del sociodrama es el grupo y no los distintos individuos.

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