Como todas las imágenes oníricas, la mudanza tiene dos valoraciones: posibilidad y peligro. La posibilidad es el nuevo comienzo en otro contexto interno o externo y, el peligro, que el traslado sea aparente, cargando los mismos trastos viejosal nuevo contexto, resultando que todo el esfuerzo de cambio, queda en un superficial cambio de “look” y no, en un “cambio de cabeza”, que es la verdadera “gran mudanza”.
En esta línea de reflexión, los sueños de decapitación suelen ser desagradables, pero constelan la necesidad y la energía disponible para un cambio radical en la perspectiva existencial del soñante.
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