Las imágenes y los símbolos son la esencia de la consciencia individual. Ellas son el tejido de referencia para situarnos en el mundo.
¿Qué es un símbolo? Un símbolo es un contenedor intuitivo que contiene un significado emocional. De tal modo que, cuando nos comunicamos unos con otros en base a símbolos, estamos diciendo lo que sentimos (Meltzer, 2000).
En su origen griego el símbolo era una palabra que significaba “tablilla de recuerdo”. Cuenta H. Gadamer (1977): «El anfitrión le regalaba a su huésped la llamada tessera hospitalis; rompía una tabilla en dos, conservando la mitad para sí y regalándole la otra al huésped para que, si al cabo de treinta o cincuenta años vuelve a la casa un descendiente de ese huésped, puedan reconocerse mutuamente juntando los dos pedazos».
En su origen el símbolo es una especie de “contraseña” para reconocerse, para reunir a antiguos conocidos. En este sentido, el símbolo sugiere un lenguaje oculto, secreto; de aquí se deriva su familiaridad con lo misterioso, con la presencia de lo ausente, con lo que debe ser descubierto para su revelación.
De allí surge la alegría de encontrar el sentido de una imagen onírica, de des-codificarla. Algo es reunido y se le otorga contenido.
El símbolo es un modo de exteriorizar emociones y afectos reuniendo imágenes a las que se les encuentra semejanzas o puntos de contacto, atribuyéndoles significado personal o convencional.
Aristóteles, afirmó, que se piensa solo con imágenes. Evidentemente, las imágenes son visuales, auditivas, gustativas, olfativas, táctiles y kinésicas. Los símbolos son la consecuencia natural en el cerebro de la re-unión de imágenes por semejanza, diferencia u oposición; lo que, a su vez, crea nuevos símbolos e imágenes. Es lo que llamamos pensar.
La búsqueda de nuevos símbolos revitaliza y complejiza la propia capacidad de nuestro pensar.
Símbolos e imágenes son la materia prima del trabajo psicoterapéutico que desarrollo. En esta sección, expongo los vínculos frecuentes entre imágenes presentados en textos especializados, entre mis pacientes y por participantes de talleres de sueños, cuando crean y re-crean sus propios símbolos.
Para finalizar, os recuerdo una recomendación de Karl Jung: «Aprendan todo cuanto puedan acerca del simbolismo; luego, olviden todo cuando estén analizando un sueño.»
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