Un canto ingenuo de E. E. Cummings[1][2] incluido en su “Collect Poems”
árbol pequeño
silencioso árbol pequeño de la Navidad
tan chico
tan igual a una flor
¿quién te encontró en el bosque verde
y te acercó hasta aquí con tu tristeza?
Mira quiero darte consuelo
porque cuánto me gusta el dulce olor que traes
voy a besarte en tu corteza
fresca y te daré un abrazo fuerte y apretado
como lo haría tu madre,
pero no tengas miedo
fíjate en la platilla
que duerme todo el año en una caja oscura
soñando que la tomen y la dejen brillar,
las bolas las doradas y rojas cadenetas y los hilos de nieve,
levanta tus bracitos
y te lo daré todo para que tú lo tengas
cada dedo un anillo
y ni un solo rincón oscuro y desgraciado
y ya vestido entonces
muy puesto en la ventana para que bien te vean
¡cómo te mirarán
y estarás de contento!
y mi hermanita y yo cogidos de la mano
contemplaremos nuestro árbol hermoso
y en corro cantaremos
«Navidad Navidad»
[1] Edward Estlin Cummings (1894 – 1962), típicamente abreviado e e cummings, fue un poeta, pintor, ensayista y dramaturgo estadounidense. Aunque él no aprobaba la práctica, sus editores frecuentemente escribían su nombre con minúsculas para representar su sintaxis inusual.
[2] En palabras de Alfonso Canales sobre E.E. Comunings: “La poesía de Cummings ha sido y sigue constituyendo una tentación para los traductores, que ven en ella una suma de apasionantes experiencias, susceptibles de ser compartidas mediante su trasvase a otras lenguas.
“ Paradójicamente, la popularidad de este poeta tiene su raíz en un total antipopularismo. Jamás pretendió hacer concesiones: su rebeldía ante toda posible concesión a la facilidad lo convirtió en un ser numinoso, envuelto en el misterio de sus oscuras fórmulas, cuyas incógnitas, una vez despejadas, engendran un placer parecido al de la resolución de un problema matemático”. (extraído de “poemas de E.E. Cummings”, Vol. III de la Colección Visor de Poesía 4ª edición. Noviembre 2000).
0 comentarios