En este punto, os invito a reflexionar sobre una historia que he extraído de la película “La intérprete” del realizador Sydney Pollack (USA, 2005).
Después de leerla hacemos un debate sobre las implicaciones de futuro para las personas que optan por una u otra desición.
El siguiente es un fragmento del personaje de la mujer intérprete en la ONU:
«—Todo el mundo que pierde a alguien[que ha sido asesinado] quiere vengarse en quién sea. En Dios, si no encuentra nadie más. Pero en África, en Matobo, los ku, creen que el único modo de superar el dolor [por una persona asesinada] es salvar una vida.
»Cuando alguien es asesinado, el año de luto termina con un ritual llamado la prueba del ahogado: Se organiza una fiesta junto al río. Al amanecer, al asesino, lo meten atado de pies y manos en una barca. Se adentran en el río y lo lanzan atado para que no pueda nadar.
»Entonces, la familia del difunto tiene que decidir: puede dejar que se ahogue o tirarse al agua y salvarlo.
»Los ku creen que, si la familia deja que se ahogue, se hará justicia, pero pasarán su vida guardando luto. Si lo salvan, están aceptando que la vida no siempre es justa y eso aliviará su dolor».
Para meditar:
- ¿Qué valores anima una u otra decisión?
- ¿Cuáles son las opciones de futuro para cada decisión?
- ¿Con cuál opción te sientes más próxima?
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