Es difícil que un envidioso reconozca su mal, dado que lo oculta a los demás y a sí mismo. Reconocer su envidia es el primer paso para su cura. No obstante, nadie se cura a solas de la envidia. No existe medicación para suprimirla, ni siquiera para mitigarla. Es necesario un trabajo personal o grupal en un contexto psicoterapéutico.
En este apartado nos detenemos en el modo en que podemos aprender de ella para llegar a conocernos y reinventarnos..
Para ello aquí quería compartir un remedio para apaciguar y vencer al monstruo verde que habita en la tripa. Para ella me dejaré llevar por unas hermosas coplas de una sevillana de Manuel Pareja Obregón: “La flor del romero llora”.
Lamentablemente, es bien difícil encontrar estas coplas cantadas por su autor, donde se siente todo el ángel de este artista maravilloso. Pero aquí lo podéis escuchar:
http://www.youtube.com/watch?v=Bh_0ri2ZZ-g
La segunda parte de este poema también se puede escuchar cantada por su autor en la película Sevillanas de Saura (1991), en el siguiente enlace, es la tercera copla. Para mi gusto, este extracto de la película es maravilloso.
http://www.youtube.com/watch?v=196cRycMPi4
Antes de leer lo siguiente hay que tener presente que cada personaje del relato (la flor del romero, la ribera del río y el autor) representan aspectos del Yo del héroe (y de la heroína), enfrentado a situaciones de carencia y dolor interno, que podrían derivar en envidia.
En la copla, cada aspecto del héroe se enfrenta a su carencia, la acepta. Y tras una pausa de silencio y dolor, el héroe encuentra aspectos de sí mismo hasta ese momento desconocidos.
El héroe son tanto el autor, como el lector, que conecta con la historia de los sentimientos expresados en las coplas.
«La flor del romero llora. La flor del romero a solas Llora cuando ve que cortan Margaritas y amapolas. La flor del romero llora. |
La flor del romero es aromática, pequeña e insignificante si se compara con una margarita o una amapola… lo que surge es pena. Si escapa de este dolor se encontrará con la envidia y la heroína, la flor del romero, percibiría el mundo desde la comparación… al cabo,desearía no más margaritas ni amapolas, “me hacen daño” |
También llora la ribera Cuando el río arrastra flores Al llegar la primavera. También llora la ribera. |
La ribera, es la orilla de barro firme que hace el lecho que sostiene las aguas del río. Es estable. Ella observa cuán hermoso baja el río en primavera… lo que surge es pena; en aquel momento del ciclo anual todos miran nadar la flores, la ribera llora sobre su aparente poca gracia. Si escapase de este lamento se encontraría con la envidia y la heroína ribera percibiría al mundo desde la comparación… al cabo desearía no más flores en primavera, “me hacen daño”. |
Yo también lloré de pena Aquel día en que con otro Caminabas por la arena. También yo sufrí de pena. |
El héroe es cada vez más consciente que no es potente, no consigue el amor que sueña de una dama; ella está paseando con otro. El héroe conecta con su vulnerabilidad y llora |
(Música, notas suaves sobre un piano) | Se queda con su dolor… Se adentra en la “noche del alma”, en el “invierno del alma”… lo acepta, lo conoce… es insignificante, tosco y no lo aman siempre |
Dios quiso crear el vuelo. Dios quiso crear el vuelo Y por eso le dio alas A los pájaros del cielo. Dios quiso crear el vuelo. |
Entonces surge algo nuevo dentro de sí… conoce que existe el vuelo, que para él también hay algo especial…
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También hizo el firmamento Repartiendo por el mundo La semilla de los vientos. También hizo el firmamento. |
La Naturaleza es inmensa y él se detiene en la admiración de la belleza que existe por donde posa su mirada… su ojos han cambiado…
Se reconoce que es pequeño, es estructura sólida y es capaz de amar |
Es por eso que la gente Lucha contra las cadenas Con espíritu valiente. Pues libre nació la gente.» |
El héroe descubre sus cadenas interiores y conoce que puede liberarse de ellas. Sabe que ser libre es su vocación y cuando lo hace crea esta hermosa canción invitándonos a todos a descubrir las alas de nuestra creatividad que nos transformarán en algo mejor, o al menos, más integrado a nuestra naturaleza auténtica.
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No pueden dejar de oír estas coplas cantadas por Manuel Pareja Obregón, con los oídos y con el cuerpo entero…
Gracias, Mª Antonia
PARA SABER MÁS:
KOLBENSCHLAG, Madonna. Adiós, bella durmiente. Ed. Kairós.
KRISHNAMURTI, Jiddu. El camino de la inteligencia.
GOLEMAN, Daniel. Emociones destructivas. Ed. Kairós.
SUTTIE, Ian. Los orígenes del amor y del odio. Ed. Obelisco.
VALLS, Carmen. Mujeres invisibles. Ed. DeBolsillo.
YOUNG-EISENDRATH, Polly. La mujer y el deseo. Ed. Kairós
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