La imagen onírica de la práctica de escalada, nos remite al símbolo de la escalera, con matices.
En este caso, el escalar, depende del alerta, del control corporal y mental del escalador@ (o de la coordinación con un grupo) y, en ese sentido, la imagen pone el énfasis en el esfuerzo corporal del yo y, por ende, nos hace reflexionar en dos ejes: primero, la relación del soñante con su cuerpo y la necesidad de reafirmarla o desarrollarla; y, segundo, tácitamente, señala un eventual excesivo control del Yo en desmedro de fuerzas externas y/o más místicas, que no dependen del esfuerzo unipersonal.
0 comentarios