Las Emociones: el bien y el mal (1)

por | Sep 14, 2012 | Apuntes | 0 Comentarios

Bajo la superficie de la racionalidad  humana (del control consciente del comportamiento), existe un sub-mundo de emociones, afectos, complejos, olvidos personales y trans-generacionales, imágenes soñadas, imágenes no recordadas y aún no creadas, que son la causa de la complejidad del comportamiento humano y que la dinámica irracional de una persona sea un océano en permanente descubrimiento.

 

Es un hecho incuestionable que tras cada ideología personal existe una constelación de afectos personales ( a veces muy arcaicos) que la fundamentan, la nutren y la sostienen. Mientras mayor sea la rigidez, obcecación y contumacia de aquella ideología racional, mayor es el peso de la realidad emocional no asumida por aquella persona.

 

Para la psicología, la naturaleza emocional y afectiva humana son el recurso para valorar las experiencias y poder situarse, con  consciencia de sí mism@ y con consciencia de otros en la circunstancia que toca vivir.

 

Esta tarea cada cultura la resuelve de un modo particular. Los sentires y acciones que concuerdan con ella son lo bueno, lo correcto lo que da tranquilidad de conciencia. Por el contrario, los sentires y acciones que no concuerdan con los usos de esa cultura son lo malo, lo que debería quitar sosiego a la conciencia.

 

Esta dinámica genera una zona oscura en cada ser humano; zona que tiende a negar, rechazar, perdiendo toda la información contenida en su zona ignorada.

 

Toda esta complejidad es abordada desde siempre por la teología y la filosofía para dar referentes de comprensión y de acción a los seres humanos en el contexto de la pregunta ¿cuál es la naturaleza humana? Y ¿qué hacer con ella?

 

Hoy revisaremos 3 tradiciones religiosas con un milímetro de profundidad, pero nos basta por ahora para ampliar el horizonte de nuestro análisis e insertarlo en el contexto cultural.

 

Las 3 tradiciones son: la judeocristiana, el budismo y el misticismo. Insisto que es un vuelo tan rápido que es seguro contiene errores graves. Para empezar advierto que estas tradiciones en su interior tienen muchas escuelas.

 

Toda la mitología a través de culturas y tiempos acerca del ser humano en el planeta, señala que, por alguna causa, el ser está fragmentado y tendemos a buscar unir los trozos dentro de un mundo progresivamente más enajenado. De hecho, la palabra religión significa volver a unir, re-unir lo que está separado.

 

Tradición judeo cristiana: PECADOS Y VIRTUDES

            La gran dificultad de las llamadas tradiciones del libro (la Biblia, la Torá y el Corán) es su tendencia a literalizar las realidades espirituales, niegan su profundidad metafórica, quedando entrampadas en dogmas y doctrinas. Por cierto Jesús se reveló contra esta tendencia en diversas ocasiones.

 

CONDICIÓN HUMANA PRIMORDIAL

El pecado es la pre-disposición natural del ser humano a causa de la desobediencia a Dios  de Adán y Eva en el Jardín del Edén. La acción fatal de esta primera pareja fue aspirar a ser como el mismo Dios: “Entonces la serpiente dijo a la mujer:  No moriréis [por comer del fruto], sino que  […] serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios” . (Génesis 3)
Toda la raza humana participa de aquel pecado: “Por tanto como el pecado  entro en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Nuevo Testamento,  Romanos 5:12).
La única forma por la cual podemos recibir perdón por nuestros pecados es por la fe en [Cristo Jesús, Alá, Jehová)
En los actos concretos, cada ser humano debe eliminar el obstáculo que impide la bendición de Dios a través de la expiación: arrepentimiento y  culpa (de la reparación se habla poco).
La dirección del camino es llegar a la Jerusalén Celeste, lugar donde todos los opuestos son superados. Es un nuevo Edén, obsequiado por Dios, pues el hombre carnal y mortal, por sus méritos jamás podría recuperar su condición divina.

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